Primer día

El primer día recibimos una introducción teórica llamada “Vestimenta como espacio de habitar” En la que se nos mostró la vestimenta como representación y reflejo de la cultura y como vínculo con los otros y con el medio. Así mismo se estableció la vestimenta como estrategias de proyecto y como desarrollo y desmitificación de nuevos paradigmas.

Dentro de los artistas presentados se encontraban Ligya Clark, Lucy Orta, Rebecca Horn, Vito Acconci, Pablo Reinoso, Tomás Saraceno, Ernesto Neto, Fabiana Barreda y Mónica Van Aspern.

A partir de nuestro análisis y conversación acerca de los planteamientos de estos artistas nos identificamos en particular con el trabajo de Vito Acconci.

 

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Resignificación del espacio

A este respecto hace su indudable aporte Vito Acconci, un artista italiano, nacionalizado estadounidense. En la temática de su arte se encuentra esta preocupación de la reinterpretación del espacio público, cuando señala:

El espacio público se crea y no es espontáneo. A lo que llamamos espacio público en una ciudad, es producto de un gobierno, el espacio público es una contratación entre el grande y el pequeño, padre e hijo, institución e individuo”. [1]

De modo que el ser humano por ser social tiene que preocuparse por este tipo de materias, pues los espacios son creados por él y para él. Acconci que en un principio se dedicó a hacer performance y otro tipo de manifestaciones artísticas sostiene que parte del hecho arquitectónico para desembocar en el hecho artístico.

Su aporte resulta esencial por cuanto abordar este tema de lo urbano y de lo público, es un tema que puede tener un discurso infinito, pues la vida de muchos es la ciudad misma e incluso hay quienes nunca han salido de ella.

También hace un aporte esencial en este trabajo de investigación cual es la reinterpretación de los espacios, la intervención de un espacio existente, y dar un nuevo significado espacial al cuerpo que lo habite. Darle sentido y contexto a aquel espacio que no lo tiene: esa es su misión, ese es su aporte.

Así Acconci categoriza al arte en su calidad de “público”, y más cuando afirma: “La función del arte público es desdiseñar[2]. Romper con lo que estaba establecido, algo que ya cumplía con su función y tenía su propio significado.

 

Este artista demuestra su óptica con su obra, como es el caso de aquella realizada en una plaza, que era un lugar de paso simplemente, y el artista lo reinterpreta por medio de la creación de unas grandes esferas colocadas y dispuestas una frente a la otra, las cuales pueden ser habitadas por cuerpos humanos. “Ahora que la plaza si está habitada por objetos y lugares, ahora si puede ser ocupada por personas”.[3] De manera que para él –y en lo cual coincido- lo importante del trabajo es crear espacio para el cuerpo humano y que así se pueda vivir un nuevo espacio.

 

 

 

 


[1]Varios autores, 2002. Vitto Acconci. Editorial Phaidon. Londres. p.55.

 

 


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